- L’élégance du Hérisson
- Muriel Barbery [Francia]
- Primera edición: 2006
- Novela
La verdad llevo días dándole vueltas a esto y sigo sin estar segura de mi elección. Me gusta hablar sobre libros, puedo pasar horas hablando de ellos. Libros que me han gustado, libros que he odiado, libros que no entendí. Pero nunca me había planteado escribir sobre ellos, me parece que a muchos no les puedo hacer justica. Por otra parte, un sentimiento de recelo me embarga. Siento que estoy exponiendo ante el mundo a mis únicos amigos y a la vez me estoy exponiendo yo. Como dice Borges, uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído. Mis libros son la compañía más confiable y fuerte que he tenido desde los nueve años. Los dos somos vulnerables, los dos tenemos los mismos enemigos: el aire, el fuego, la humedad, el tiempo, el olvido y nosotros mismos.
Sí, puedo pasar horas hablando de libros. Pero son muy pocas las personas dispuestas a escucharme, por ende no temo a esas palabras que no serán recordadas en unos días. Le temo más a la tinta, a lo permanente. Por eso no me es fácil empezar con esta idea. Es querer compartir un secreto y no saber por donde empezar. Tal vez a la larga esto se haga más sencillo, pero ahora me resulta escandalosamente difícil por el talante del libro que quiero explicar. Son pocas las cosas que pueden dejar marca en tu vida; la muerte, la soledad, una enfermedad o la violencia, son tal vez las más recurrentes. Para cada persona existe un libro que le hará compañía por siempre, y soy de las pocas afortunadas que se pueden jactar de haberlo encontrado. Existe en mí un antes y un después de esta historia, eso es dejar una marca, una huella, una pequeña herida en la palma de la mano que te hace sentir acompañado. No creo que sea la mejor obra del mundo ni mucho menos, no lo pongo en la cumbre ni la enaltezco, ni siquiera estoy segura de que sea mi libro favorito. Pero le guardo un lugar en mi corazón y en mi mente que jamás podrá ser ocupado. Y creo que eso es aún mejor. Es un libro que cito cuando todo va bien, cuando todo va mal. Cuando todo sencillamente va.
Siendo honesta, viéndolo en una librería nunca me hubiera fijado en él. Su portada es rosa, tiene una niña delgada con vestido amarillo y la torre Eiffel en el fondo. El título no me parecía gran cosa “La Elegancia del Erizo”, -ni siquiera me gustan los erizos- hubiera sido mi único y tonto pensamiento. Seguramente si nuestro primer encuentro hubiese sido así yo lo hubiera dejado pasar. Pero hay cosas que deben ser encontradas en la vida. Un amigo me mencionó una película francesa que le había recordado mucho a mí, -la verdad no sé que es, a lo mejor la niña suicida y aguda, o al japonés comprensivo y amable, pero yo creo que es la portera amargada con un cuarto atascado de libros, un gato gordo y que no le habla a nadie. La cosa es que me recordó un buen a ti.- Esas fueron sus palabras. Al principio no supe si ofenderme o no, supongo que las impresiones que doy me las he ganado a pulso. No soy la persona más emotiva ante la vida y tampoco la más dulce con el mundo en general, tampoco soy muy sociable. Mi familia entera me tacha de amargada, tengo un amor poco comprensible por los gatos, soy callada hasta desesperar y paso más tiempo leyendo que durmiendo.
Ese mismo día vi el tráiler de la película, se llama “El Erizo”. No sé bien explicar el sentimiento, es como si hubiera esperado toda la vida para ver eso aunque apenas hubiera escuchado de ella en la mañana. Fueron dos minutos de extraña emoción. El mismo amigo se ofreció a prestármela, me la llevó una semana después, la caja también es rosa. Yo la puse en el librero y un buen día la recordé, estaba con un amigo y tal vez la vimos porque no había nada más que hacer; a él tampoco le emocionó mucho el papel rosa. Fue un instante, unas pocas palabras, escenas convertidas en vida. Cuando terminó estaba emocionada, entre reír o llorar, o gritar. Era una película sencillamente bella. Había frases que no me dejaban de perseguir, pero ante todo una.
“La señora Michel tiene la elegancia del erizo: por fuera esta cubierto de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes.”
Me propuse ver de quien era la idea de tan maravillosa película (San Google al rescate) y justo cuando creí que nada podría ser mejor, me enteré que estaba basada en un libro. Al principio mis esperanzas no eran muchas. No parecía un libro muy conocido, nunca lo había visto, y muchas librerías no los tienen si la demanda es baja. Pensé ir a buscarlo a las Librerías de Viejo, una de las mejores cosas con las que cuenta México en la calle de Donceles, pero antes de ponerme a recorrer kilos de papel con la mirada le pregunté a la novia de mi padre si me lo podía conseguir. Su hermano trabaja en una librería, y muchas veces me ahorran tener que ir a dar vueltas por el centro, sin embargo ya me había topado con varios libros que no tenían porque se habían agotado o bien los habían dejado de publicar, así que, como ya dije, mis esperanzas eran mínimas. Casi dos semanas después, entre la escuela y la tarea, me había olvidado del asunto. Un día llegué a casa y mi padre me recibió con un –ya te trajeron tu libro, dice Ivonne que se lo pagas mañana-. Descansando en el brazo de una silla verde, protegido por el plástico, de portada rosa y con una delgada niña en un vestido amarillo, me esperaba. Parecía decirme hola.
¿Por qué he contado todo esto? Por que no es el libro en sí, es el cómo llegó a mi vida. No son las palabras por las palabras, sino por lo que son capaces de conseguir. La película me había parecido bella, pero en cuanto inicié mi lectura, hubo algo, una chispa, una verdad. No quiero obligar a nadie a sentir lo que me provocó ese libro, sería absurdo intentar eso. Pero hay ecos que pueden ser comprendidos por otros, que pueden perseguir, alcanzar. Transformar.
“De entre las personas que frecuentan mi familia, todas han seguido el mismo camino: una juventud dedicada a tratar de rentabilizar la propia inteligencia, a exprimir como un limón el filón de los estudios y a asegurarse una posición de élite; y luego toda una vida dedicada a preguntarse con estupefacción por qué tales esperanzas han dado como fruto una existencia tan vana. La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera. […] Lo importante no es morir ni a qué edad se muere, sino lo que uno esté haciendo en el momento de su muerte.”
Y ella es Paloma, explicando el mundo que la rodea. Que nos rodea. Explicando porque a los doce años ha decidido suicidarse. Explicando porque ha decidido escribir toda idea profunda que se le venga a la mente.
“Sí, el universo conspira a la vacuidad, las almas perdidas lloran la belleza, la insignificancia nos rodea. Entonces, tomemos una taza de té. Se hace el silencio, fuera se oye soplar el viento, crujen las hojas de otoño y levantan el vuelo, el gato duerme, bañando en una cálida luz. Y, en cada sorbo, el tiempo se sublima.”
Creo que a esa parte le tengo un afecto especial por que me recuerda a alguien a quien quiero mucho. Ella es Renée. Es viuda, bajita, fea, rechoncha, tiene callos en los pies y un aliento que tumba espaldas. Un gato cuya único carisma es que le huelen las patas cuando esta disgustado. Por ella me acerqué a Tolstoi, por ella he cuidado más mi ortografía.
Estos dos personajes pueden llegar a ser fastidiosos, tan creídas, perfeccionistas y solemnes. Pero funcionan, esa es la magia que ha impuesto Barbery a éste libro; funciona desde la primera página que empieza con Marx. Está lleno de comas y signos de puntuaciones que son innecesarias, tiene un torrente filosófico y estético que me hizo tener que leer dos veces el mismo párrafo antes de comprenderlo. No son defectos, son cualidades. Leer este libro con la idea de que se encuentra una verdad puede ser un error, lo que se encuentra es un refugio, una esperanza. Es un juego de mentalidades y verdades que te dejan pensando cada vez que haces una pausa. Cuando lo terminé de leer sentí un nudo en la garganta que se hizo lo suficientemente fuerte como para convertirse en lágrimas. Es un libro que sencillamente necesito compartir.
Ahora mi animal favorito es el erizo, dibujo su silueta en esquinas de cuadernos ajenos, y una de mis gatas se llama Renée. Si tengo que hablar de libros, que mejor que empezar con éste. Con uno que me llena, que me hace sonreír. Uno que representa la magia y el dolor de vivir, ni una palabra sobra, ni un personaje está de más. No he leído otra cosa de Barbery, tal vez no lo haga, por que no siento la necesidad. Ella ya me ha dejado la más importante de las lecciones:
“Pues, por usted, a partir de ahora, buscaré los siempres en los jamases. La belleza en este mundo.”
Editorial Booket: $148
Editorial SEIX BARRAL: $288
Disponible en:
-Porrúa
-Gandhi
-El Sótano
-Fondo de Cultura Económica
No he leído este libro, ni siquiera lo conocía, así que este comentario no es para hablar de este libro sino para presentarte este otro blog en el que el autor comenta 27 libros que ha leído a lo largo de estos últimos años. Pulsar en la etiqueta libros es la mejor forma de acceder a las entradas sobre los libros. Si te gustan tanto los libros quizás te interese leer a otros escribir sobre los libros de su vida, quizás te descubran nuevos libros o nuevas formas de ver un determinado libro.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe encontré tu blog y me encantó, ya me leí varias de tus reseñas y coincido en algunos puntos y en otros discrepo (como todo en esta vida), aún así me parece en extremo refrescante encontrar un blog literario tan honesto, y con argumentos bien fundamentados.
Esta reseña cautivo mi interés porque había visto a una amiga leer este libro y pensé (erróneamente, ahora lo reconozco) que era un libro del llamado Young Adult, pues no conocía el autor y la portada me dio esa impresión.
Me sentí bastante identificada con tu experiencia, he de admitir que yo pasé por algo similar en mi época de estudiante de bachillerato y la impresión que me causó el libro en cuestión ayudo a elegir mi carrera y no sólo eso, modifico por completo mi vida. Todos los días agradezco al maestro que puso ese libro en mi camino.
Seguiré al pendiente de tus reseñas y te agradezco que compartas tus opiniones con nosotros.
Saludos.