Haruki Murakami: (n. Kyoto, Japón. Enero 12, 1949) nacido entre el furor japonés por repoblar su tierra después de la catástrofe acaecida, en forma de hongo nuclear, durante la 2da Guerra Mundial; Murakami siempre estuvo en contacto directo con la literatura. A pesar de que sus padres venían de familias distintas —y algo peculiares—, ambos eran profesores de la materia. Su juventud parecería encaminada por la ruta de la escritura, sin mayor contratiempo ni desviación, habiendo estudiado drama en la universidad de Waseda. Sin embargo, no escribe."Quizá, las memorias de la gente son el combustible que queman para poder seguir viviendo."
Un día asiste a un partido de béisbol, y escucha el sonido seco de un fuerte batazo horadando la profundidad de los jardines. Tal como el sonido “ric-ric” del pájaro en Crónica del Pájaro que da Cuerda al Mundo o la sombría escalera de servicio a media carretera en 1Q84, de ese algo inexplicable surge un catalizador en su interior, y decide que puede escribir una novela. Nunca había escrito ficción alguna. Tenía 29 años. No escribe una historia, sino tres; conocidas como La Trilogía de la Rata. El tercer libro de la trilogía es su primero en ser traducido al inglés: La Caza del Carnero Salvaje.
A los 33 años descubre algo nuevo, un acto que le resulta casi tan catártico cómo escribir: correr. A la fecha ha competido en más de cien maratones y ultramaratones, el primero de los cuales completó en 1996, y tuvo una extensión de 100 kilómetros. Esta proeza física lo distingue del rol estereotípico del escritor frágil, y se refleja en varios de sus personajes. Especialmente, a mi juicio, en los protagonistas de 1Q84 —una instructora de gimnasio con disciplina impresionante y un profesor/novelista quién fue campeón de judo en sus años mozos.
Por lo demás, su estrella no ha hecho más que ascender. Tras la Trilogía, firma el par de libros que lo llevarían de promesa ante un público reducido a una estrella literaria rutilante: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas y Norwegian Wood. No tiene caso hacer aquí un resumen extenso de su bibliografía, sólo establecer que ha crecido como follaje en primavera y probablemente seguirá haciéndolo. También vale anotar que su labor le ha valido consideración para el premio Nobel, algo bastante inusitado para un autor considerado “popular”. Tal parece que ha logrado trascender esa barrera entre críticos y público general. Nada mal para alguien que escribió hasta entrar a su tercera década de vida.
Aun así, esa no sería la barrera más grande que haya sorteado cómo autor. Nos encontramos ante un hombre que, creo, tiene un don para crear fantasías absurdas que despiertan ecos en nuestras consciencias reales. Sus novelas e historias logran hacernos sentir la fragilidad del orden en nuestro mundo comparándolo con otros mundos que son el mismo, pero con una pequeña tuerca volteada —así como la fragilidad de nuestro interior. Entonces, cuando ya ha logrado enredarte en la telaraña que ha tejido, te deja caer sobre el suelo, muy lento y muy suave. Porque a pesar de ser un autor “fantástico”, lo que nos dice es personal. De carne y hueso. Levántate, ante cualquier extremo. Levántate, respira, y sigue caminando hacia adelante.
"El destino es algo que se debe mirar volviéndose hacia atrás, no algo que deba saberse de antemano."
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Finalmente encuentro un comentario CONFIABLE sobre este autor. He visto sus libros en varias ocasiones y la pienso para comprarlos porque ya me ha pasado que no tengo referencias sobre los autores y resultan ser del estilo de Paulo Coelho (son plaga). En fin, me animaré a comprar un libro de Murakami, quizá prejuiciado por ustedes pero con la confianza de que no leeré basura. Gracias por realizar este esfuerzo. Les mando un abrazo y hasta la siguiente.
ResponderEliminarHasta el momento mi único contacto con Murakami han sido sus relatos, disfruto leerlos. Estoy ansiosa por empezar con Tokio Blues, aunque no tengo pautado cuando.
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