jueves, 2 de febrero de 2012

Sputnik, mi amor

  • Supūtoniku no koibito/Sputnik Sweetheart
  • Haruki Murakami [Japón]
  • Primera edición: 1999
  • Novela 

“A los veintidós años, en primavera, Sumire se enamoró por primera vez. Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo succionó todo hacia el cielo en su torbellino, que lo descuartizó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo. […] La persona de quien Sumire se enamoró era diecisiete años mayor que ella, estaba casada. Y debo añadir que era mujer. Aquí empezó todo y aquí (casi) acabó todo.” 

Desde hace un par de años, cuando leo un libro, acostumbro doblar las esquinas de la hoja si encuentro una frase que me agrada. No es que me desagrade subrayarlos, pero tengo la maldición de que nunca cargo una pluma cuando es necesario. Es más sencillo doblar hojas. Cuando tengo ganas de recordar un libro sólo lo abro en una de las hojas dobladas. Es como recordar una buena charla con un amigo, o como leer antiguos diarios. Es recordar una parte tuya. 

Tengo motivos para contarles esto. Verán, Murakami es de mis escritores favoritos. No les diré que he leído todos sus libros, ha decir verdad han sido sólo tres. Sin embargo los tres han dejado una sutil marca dentro de mí. Como una piedrita algo incomoda. Es un escritor excepcional, tiene una facultad impresionante para crear mundos alternos y hacernos creer que existen. Muchas veces tienes que hacer alto a su lectura porque sencillamente no sabes que tierra es la que pisas. No es fantasía, no es surrealismo, es metafísica. Aquel plano que se extiende más allá de nuestro entendimiento, manejado con dolorosa facilidad. Entonces, me propuse hacer una reseña de Murakami, con una de sus historias más cortas: Sputnik, mi amor. Saqué el libro de en medio de una pila de cosas que se inclina peligrosamente sobre mi cama. Acaricie el lomo, vi su portada (la cual me gusta mucho por su sencillez), hojeé unas cuantas páginas… y de pronto me di cuenta que sólo una hoja estaba doblada. 

¿Qué hacer con esto? ¿Acaso no había nada memorable de este libro? ¿Sólo una hoja?, ¿y lo demás? Pero mis preguntas cesaron cuando releí esa hoja. Cuando reviví la historia y mi contorno. La termine de leer una noche sin luna, hacia frío, y sobre todo, me sentía sola. Tan sola que únicamente esa hoja logró captar mi mirada. Tan sola, que aún ahora, después de varios meses, releo estas líneas y las revuelvo en mi cabeza intentando darles más de un sentido. Pero sólo encuentro el mismo frío de aquella noche, y la misma idea de ausencia. Inicié citando el inicio del libro, por que me parece que explica lo suficiente, no necesito añadir más datos que aquel amor incoherente. Un amor incoherente, que todos necesitamos vivir. 

Sí, se llama Sputnik, mi amor; y sí, es una historia de amor. Es aquella historia de amor que utiliza la misma plantilla romántica como estructura, pero que después arrasa con lo tradicional. Es un amor que conduce al caos, a lo frenético, al deseo de lo imposible y la perdida de lo real. Son personajes que corren libres en un mundo sin reglas. Buscan el amor y lo encuentran; pero de una manera que recae en lo absurdo, con un destino que te hace pensar que el escritor se burla de tu ingenuidad. Y es que Murakami es así: Sputnik, mi amor es una idea reciclada de una historia de Sauce viejo, mujer dormida. El final de Tokio Blues (Norwegian Wood) es igual que el de Sputnik, un teléfono sonando, una llamada contestada, y una petición: “ven a buscarme”. Y esto es algo que no te molesta; aceptas con toda facilidad que dos historias diferentes se crucen en la calle, se den la mano y continúen hacia sus finales. Porque es un mundo entero el que ha creado, no son personajes separados por pastas, es una gran familia, un largo tejido de historias. 

“¿Por qué tenemos que quedarnos todos tan solos? Pensé. Hay tantísimas personas en este mundo que esperan, todas y cada una de ellas, algo de los demás, y que, no obstante, se aíslan tanto unas de las otras. ¿Para qué? ¿Se nutre acaso el planeta de la soledad de los seres humanos para seguir rotando?” 

El mundo de Murakami es un eterno viaje para intentar romper la soledad, pero este viaje se ve interferido algo que va más allá de este mundo. Para él no hay un bien y un mal, son dimensiones que sencillamente no deben coincidir. Son mundos los que separan a las personas, no las personas mismas. Sé bien por que me gusta este libro, la verdad es una trama sencilla, pero les diré la razón a grandes rasgos: El narrador es un profesor de primaria enamorado de una joven llamada Sumire, pero ha perdido toda esperanza de lograr algo más que una amistad con ella. Sumire se ha enamorado de una mujer enigmática llamada Myû, y busca estar a su lado. No, no es esta la historia que uno espera. Es un título curioso, es una historia que va hacia el espacio. Se llama Sputnik, mi amor, por que es así como Sumire recuerda a Myû y es así como el maestro de primaria, cuyo nombre nunca es mencionado, habla de nosotros rondando en este mundo caótico y de la soledad que nos consume a todos. 

“Cerré los ojos, agucé el oído y pensé en los descendientes del Sputnik que cruzaban el firmamento teniendo como único vínculo la gravedad de la tierra. Unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encontraban, se cruzaban y se separaban para siempre. Sin una palabra, sin una promesa.” 

Será un escritor japonés, pero la historia se desarrolla en Europa, en Grecia para ser exactos. Los detalles y las costumbre son casi imperceptibles, te hace sentir que estas ahí. Son varias voces las que te cuentan esta historia. Pero todas crean la misma sensación, alguien te esta mintiendo, o tal vez sean todos. Es la naturaleza humana, intentando ocultar sus errores. Somos la naturaleza humana, intentando escondernos de nosotros mismos. Un mundo metafísico que ahoga el amor. Es Sumire la cumbre de ésta naturaleza saltando a la libertad, fuera de todo control, lejos de todo mundo y cansada de la misma espera; es Myû la desesperada acción de querer volver hacia la cordura, hacia la razón. Hacia aquello va con nosotros, y dos pasos delante de nosotros. 

TusQuets Editores: $99 o $199
Disponible en:
-Gandhi
-El Sotano
-Porrúa
-FCE

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