- Raphael and the noble task
- Catherine Salton [E.U]
- Primera edición: 2001
- Fábula (?)
“Esta Catedral en particular fue
construida a lo largo de unos cuantos cientos de años, durante un periodo
llamado la Edad Media. La Edad Media vino después de la Edad de Oro, en que la
gente pensaba mucho en las matemáticas y andaba desnuda de acá para allá, y
antes del Renacimiento, en que la gente también pensaba mucho en las
matemáticas, pero esta vez con ropa. Sería apenas una leve exageración afirmar que
durante la Edad Media casi toda la gente olvidó mayormente las matemáticas,
salvo en lo que respecta a usarlas para construir Catedrales.”
Lo mejor que ofrece un
libro es la oportunidad de viajar tanto geográfica como históricamente. Las novelas históricas, sin embargo, pueden llegar
a resultar aburridas. Pero no todo depende de la exactitud de los hechos y eso
es lo que quiero presentar hoy; Raphael y
la noble tarea combina la fantasía de la vida de una quimera con la
realidad de la Edad Media y la búsqueda de algo que se remonta por siglos:
nuestra misión en este mundo. De ante
mano les informo que éste libro lo pueden encontrar clasificado como un ‘cuento
para niños’, aun así decidí dejarlo bajo el manto de una fábula ya que no
parece destinado a distraer sólo mentes infantiles, sino a brindar compañía y dejar
algo en que pensar a mentes maduras –o que al menos pretenden serlo.
El libro no se acerca
a la seriedad de un tratado sobre el medievo, su lenguaje es sencillo y con
mucho humor. No son monjes ni caballeros quienes atrapan nuestra atención,
tampoco los dragones ni las princesas. Son otras las criaturas encargadas de
llevarnos a través de esta época, son los guardianes de las
catedrales–esculpidos en piedra y dejados a la intemperie–, silenciosos
sobrevivientes del tiempo, que han llegado hasta nuestros días para dar
observar nuestros pasos profanos por aquella arquitectura destinada a las
deidades; son gárgolas, quimeras, estatuas y efigies sepulcrales las autoras de
los embrollos de éste libro y, mejor todavía, otros testigos del paso de la
humanidad –minúsculos y odiados por muchos– , tribus de ratones liderados por
una sabia anciana y comunidades enteras
de palomas los encargados de arreglar todo el caos producido por una sola
quimera: Raphael.
“–TODO ESTÁ EN CALMA ENTRE LOS
HOMBRES DEL CALUSTRO, Y LOS MALDITOS LIBROS DE ESTE CONDENADO ESTABLO CONGELADO
SE ENCUENTRAN EN BUENA SALUD Y CONDICIÓN EN LA CÁMARA SUR DEL CLAUSTRO, AUNQUE
NO ES NADA DE SU INCUMBENCIA, ESTÚPIDOS IGNORANTES DE PACOTILLA.”
Como dije, el lenguaje
tiene mucho humor. La historia se centra en Raphael, quien para ser una quimera
tiene mucho de excéntrico. Su escultor la creó a partir de un grifo (cuerpo y
patas de león, cabeza y alas de águila), sin embargo decidió darle un toque único
y, en lugar de cabeza de águila, esculpió una cabeza y cuello de dragón junto
con muchas escamas a lo largo del cuerpo y alas. Un efecto impresionante que
premió al escultor con un ascenso y Raphael se convirtió en el guardia del Gran
Portal, en el lado norte de la Fachada Oeste de la Catedral. Con sólo decir
esto pueden ustedes imaginar una de aquellas catedrales descritas y transmitidas
tantas veces en la televisión. Jamás he visitado una pero, acompañando a
Raphael en sus travesías nocturnas, puedo deducir que son enormes.
Entonces, tenemos una
quimera modificada vigilando el gran portal. El primer problema en Raphael
deviene al no saber qué es. Tan difícil situación comparable con despertar un
día y no saber si somos o no personas. Porque si no, ¿qué criatura somos? Pero el segundo problema machaca más profundo
en esta quimera, y viene siendo el problema que machaca la mente de toda la
humanidad. Se siente solo y su soledad lo lleva pedir consejo a una antigua
quimera conocida como el Alquimista, un viejo excéntrico vigilante de la Piedra
Filosofal, que le da una respuesta precisa: debe realizar una Noble Tarea. Y la
Noble Tarea es aquello por lo que estamos aquí, aquella misión que le debemos
al mundo. El problema, claro está, es encontrarla.
Así empieza todo este
show donde Raphael busca y rebusca la noble tarea. Su primera parada son los
libros, pero estos (aunque me duela decirlo) son inútiles, porque ni ellos
hablan ni él sabe leer. Y mientras el busca algo que le de sentido a su
existencia la Catedral cae en desesperación, porque el invierno está muy
próximo y la comida y el dinero se agotan. Son tantos los niños abandonados a
las puertas de éste lugar que uno más morirá de hambre. Y ese uno más resulta
ser la Noble Tarea de Raphael, cuidar a un bebé humano. Una extravagancia, una
locura, una verdadera aventura. ¿Se imaginan cuidar a un bebé en lo alto de una
catedral? Naturalmente todos enloquecen con esto, gárgolas y ratones exigen la
devolución inmediata del bebé. Pero Raphael se niega; si no es ese niño quien
le concede una razón a su existir, ¿qué va a ser?
Pero en situaciones
difíciles no podemos, o al menos no debemos, dar la espalda a quienes nos
necesitan. Las gárgolas mantienen un intenso odio hacia las quimeras, porque
ellas pueden moverse de un lado a otro en la catedral mientras que aquellas
otras se encuentras pegadas a las esquinas de cada torre, condenadas a la
lluvia y al viento. Pero su odio se atenúa con la llegada de ésta Noble Tarea,
Madra-Dubh (perro negro, en gaélico irlandés), líder de las gárgolas, cede ante
Raphael y La Gran Anciana de los Clanes Ratoniles, Erian, accede a ayudarlo.
Todo esto da como resultado un lío impresionante. Así se desarrolla esta
fábula, entre ratones que luchan con perros, palomas que transportan leche, monjes
que escuchan llorar al Niño Dios y una pobre madre enferma que no puede
encontrar a su bebé. Todo con un humor impresionante, imágenes históricas muy
claras, pero sobre todo, el cumplimiento de una Tarea que unificará toda la
Catedral. Es por todo esto que no podemos marginar semejante relato a ‘una
historia para niños’, porque de vez en cuando necesitamos que nos recuerden que
estamos aquí para cumplir algo y, por más que intentemos, no podemos rehuir de
aquello que nos corresponde. ¿Quién
mejor para recordarnos esto que una quimera llamada Raphael?
“Que el camino de piedras y
ratones
el camino humano nunca estorbe.”
el camino humano nunca estorbe.”
Fue una curiosidad de las librerías de viejo, sin embargo está disponible en
-El Péndulo
o por internet.
-El Péndulo
o por internet.
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