· A Single Man
· Christopher Isherwood [Inglaterra]
· Primera edición:1964
· Novela
Con la mirada clavada en el espejo, reconoce en su cara muchas otras
—la del niño, el muchacho, el joven, el hombre maduro, ya no tan joven— todas
están ahí aún, preservadas en capas sucesivas como fósiles y, como fósiles,
muertas. Su mensaje a esta criatura viviente-muriente es: Míranos… hemos
muerto… ¿de qué asustarse?
Esos de ustedes que hayan leído nuestra biografía del
escritor del mes reconocerán al autor de este libro, o por lo menos les sonará,
más o menos, en algún rincón del cráneo. Christopher Isherwood tuvo una amistad
prolongada —y puntuada por periodos de más-que-amistad— con W.H. Auden, a quien
conoció en la escuela preparatoria. Si bien en la poesía de Auden se pueden
detectar sus tendencias y sensibilidades, todo intento de hacerlo tendrá que
vérselas primero con el virtuosismo del poeta con el lenguaje. Excepto en
poemas ocasionales, extrañamente desnudos (como “Funeral Blues”), hay una
barrera. No es que sea deshonesto, sino que es, a veces, demasiado culto para
que captemos todo lo que quiere decir. La prosa de Isherwood es diferente —no
requiere del lector más que una mente abierta. Un hombre soltero es un libro que deja sus tendencias y
sensibilidades homosexuales al descubierto, sin pudor y sin cargamentos
monumentales de cultura que nos distancien de ellas. Pero también hace mucho
más.
Injustamente, a Isherwood y a su obra se le ha encasillado como pionera dentro de la literatura gay. No dudo que lo sea, pero me pregunto si es que términos como ‘literatura gay’ son en verdad necesarios. Sobre todo cuando hablamos de un autor que usa sus tendencias sexuales como medio y no como fin. En las páginas de ésta, su obra más conocida gracias a la reciente adaptación cinematográfica, uno no encontrará a un hombre sin mayor atributo que ser homosexual. El que lo sea parece sólo una de las tantas cosas que pueden apartar a un hombre de su mundo poco a poco. La novela lidia con temas de discriminación, aceptación y deseo, pero lo hace no para hacer un manifiesto gay o algo por el estilo. Lo hace para hablar de algo mucho más generalizado —el aislamiento, el sentirse extranjero en cada aspecto de la vida, el no encajar en ningún sitio, el no encontrar la barca adecuada para transitar el río inevitable que lleva a la muerte.
Pero plantearse «no cenaré solo esta noche»,
¿no resulta mortalmente peligroso? ¿No es quizás el inicio de un deslizamiento
a largo plazo… comer en mostradores y beber en los bares, beber en casa sin
comer, desesperar, recurrir a los narcóticos y, al fin, la inevitable
sobredosis que acaba con todo? ¿Pero quién dice que he de ser valiente?,
inquiere George. ¿Quién depende de mí ya? ¿A quién le importa?
George es un profesor de literatura en una universidad comunitaria de California. Mediana edad, casa en los suburbios, pocos amigos, viene de Inglaterra. La narrativa sigue el consabido formato de “un día en la vida de…”, pero aquí uno se encuentra con un giro fantasmal. La de George, desde ahora y quizá hasta su muerte, está condicionada por el pasado; su pareja, Jim, murió intempestivamente durante un viaje, hace unos cuantos meses. Nadie alrededor lo sabe, puesto que él decidió contar una mentira, decir que su ‘compañero de cuarto’ tuvo que quedarse una temporada con la familia. Al hacerlo, ha elegido cargar con el peso de su muerte solo. Solo dentro de esa casa que compartieron, solo dentro de ese barrio que no los acepta, solo dentro de este país que no es suyo. Hay un par de personas que también saben la verdad, pero no están en condiciones de comprenderla del todo; de apoyar a George. De hecho, una de estas personas estuvo a punto de separarlo de Jim…
En adición a esto, que parecería atarlo sin remedio al tiempo pretérito, el presente lo acucia con obligaciones, tanto escolares como hacia sí mismo. El libro no teme gastar treinta páginas relatando la clase que él imparte, sobre una novela de Aldous Huxley, en completo detalle. Al hacerlo no aburre ni te hace sentir que lees una digresión sin sentido, ya que la prosa muestra de manera efectiva las maquinaciones sociales que ocurren dentro del salón de clases, el cual puede llegar a ser un verdadero microuniverso. Lo que es más, estas maquinaciones sociales representan ahora, en su soledad, un punto de apoyo insuperable para el personaje principal. Su rol como profesor lo mantiene a flote, alimenta su ego, y le da esperanza mediante el roce con personalidades variadas. Y por si fuera poco, hay uno de los alumnos que tiene algo especial que decirle; que le enseñará algo duradero.
Como tal, la trama no es una trama en sí. Es un estudio sobre la soledad, la cotidianeidad y las interacciones íntimas. Por fortuna, Isherwood teje su historia con oído y ritmo de poeta (influencia de Auden, quizá), haciendo que cada pequeño evento tenga una significancia especial, casi metafísica. Cada uno de los personajes secundarios aparece poco, pero significa algo importante para George. Representa la amistad, el rechazo, el deseo. Si han visto la película, no les costará imaginar al libro del mismo modo, puesto que están hechos de la misma tela: cada episodio es suave cola seda, estéticamente impecable, y sin embargo casual, natural como la brisa de un cielo gris. Así que no, no la lean como ‘literatura gay’, porque hacer tal es poner etiquetas en algo que es simplemente una historia humana. Léanla porque hace exquisiteces con la materia prima de la vida diaria, y porque hace pensar, considerar realmente, las pequeñas decisiones que tomamos cada vez que salimos de la cama. Cada vez que nos atrevemos a seguir viviendo en un mundo doloroso.
¿Volverá
George a Inglaterra? No, se
quedará aquí.
¿Por
Jim? No. Jim pertence al pasado,
ahora. [….]
Pero
George lo recuerda con tanta precisión y fidelidad. George mismo se obliga a recordar. Teme olvidar. Jim es mi vida, dice.
Pero tendrá que olvidar si quiere seguir viviendo.
DeBolsillo tiene una edición en español, pero sólo Dios sabe por qué no está en librerías. Hay una edición en inglés disponible por $250. Tendrán que pedir el envió, sin embargo, no hay existencias.
Disponible en:
- El Péndulo
- Librerías especializadas (The Bookshop, quizá)
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