jueves, 14 de febrero de 2013

Las ventajas de ser invisible

  • the perks of being a wallflower
  • Stephen Chbosky [E.U.]
  • Primera edición: 1999
  • Novela epistolar 
Querido amigo,
Te estoy escribiendo a ti porque ella dijo que sabes escuchar y comprender y no trataste de dormir con esa persona en esa fiesta aunque pudiste haberlo hecho. Por favor no trates de entender quién es ella porque entonces podrías entender quién soy yo, y de verdad no quiero que hagas eso. Llamaré a las personas con diferentes nombres o nombres genéricos porque no quiero que me encuentres. No adjunto una dirección de regreso por la misma razón. No quiero decir nada malo con esto. De verdad.
Sólo necesito saber que alguien afuera escucha y comprende no trata de dormir con la gente aunque pudiera hacerlo. Necesito saber que esas personas existen. 

De alguna u otra forma, todos necesitamos saber que esas personas existen, aunque sólo sea para darle un respiro al alma. Tal vez hoy no sea la fecha indicada para hablar de personas que saben escuchar y comprender, porque estamos en medio del día de los grandes corazones rojos de las tiendas y los descuentos en chocolates y la mitad de la gente que conozco se precian en este mismo momento de las ventajas de estar solo/a porque todos/as son iguales. (Pero creo que también a ellos les gustaría saber que alguien escucha.) Si sirve de consuelo, no les traigo la reseña de una novela romántica con grandes ornamentos de drama y tragedia. No creo que aquello se adecúe al espíritu general del día. Hoy sólo les presentó una pequeña pila de cartas de alguien que no pide ayuda –ni ayuda ni consuelo ni consejo–, lo cual ya es una novedad. Mi reseña anterior, La joven de las naranjas, también se conformaba de cartas, y como dije esa vez: el correo llega a tiempo. Y a veces llega una corta vida que contar. 

Charlie llega adherido a esa correspondencia, igual que una estampilla. Charlie empezará su primer día de preparatoria en un día. Charlie vive con sus dos padres, ama de casa y hombre de oficina y su hermana, ecologista y ligeramente mandona. Charlie recibe cartas y llamadas de su hermano que se acaba de ir a la universidad. Charlie está asustado por aquello que pasó una vez. Charlie nunca ha besado a nadie. Charlie sabe pelear, porque su hermano le enseñó. Charlie está asustado por su primer día. Charlie no hace amigos, porque todos piensan que es extraño. Charlie escucha a los Smiths. Charlie extraña a su tía Helen. Charlie no tiene un mejor amigo a quien escribirle, en lugar de un perfecto extraño. Charlie extraña a su mejor amigo: Michael. Michael se suicidó. Michael no le dejó una carta, ni una explicación, ni un adiós, ni un nada. Charlie cree que pudo haberse tomado la molestia de dejarle una carta. Pero Charlie está tratando de integrarse: asiste a los bailes, aunque no vaya con nadie y anima al equipo en los partidos, aunque no le interese el futbol. Charlie lee los libros que le da Bill. Charlie piensa que Sam tiene los ojos más bellos que ha visto jamás, porque no son de aquél verde que provoca escándalo. Charle llama Patrick a Patrick porque no cree que deba decirle Patty o Nadie. Y Sam cree que Charlie es dulce. Y Patrick sabe que Charlie no juzga a las personas. Y Charlie puede pasar horas frente a la ventana, recordando el doble regalo de cumpleaños que mató a la tía Helen. 

De todos modos, Patrick comenzó a conducir verdaderamente rápido, y justo ante de que entráramos al túnel, Sam se levantó, y el viento convirtió su vestido en olas de océano. Cuando entramos al túnel, todo el sonido se recogió en el vació y fue reemplazado por una canción en el reproductor de cintas. Una hermosa canción llamada “Landslide”. Cuando salimos del túnel, Sam gritó ese realmente gracioso grito, y ahí estaba. El centro. Luces y edificios y todo lo que te hace asombrarte. Sam se sentó y comenzó a reírse. Patrick comenzó a reírse. Yo comencé a reírme. 
Y en ese momento, juro que fuimos infinitos. 

Es fácil adivinar que éste es uno de mis libros favoritos; es uno de los que mejor me ha acompañado. Leer un solo párrafo suelto me conmueve mucho. Tal vez sea la edad o la situación o mis propias confidencias las que me hacen inclinarme tanto hacia Charlie, no lo sé. Me agrada este personaje porque, de existir, sería un hermoso ser humano. Uno muy ingenuo, tal vez, pero uno hermoso. Y me hace falta saber que personas así existen. Es cierto que el libro en sí puede ser considerado para jóvenes, aunque sinceramente creo que le haría falta ser leído a varios adultos. La preparatoria, y en general cualquier tipo de nivel educativo, puede ser un infierno. Llegar a un lugar donde nadie se interesa por conocerte y donde debes nadar o ahogarte es un tema recurrente en muchos escritores, pero Chbosky lo maneja de manera muy especial. Charlie no es el clásico perdedor de poca monta y bajo promedio, tampoco el niño que amenaza con volar la escuela en pedazos. Tan sólo es invisible. No destila ingenio, porque puede llegar a ser muy inocente, pero tampoco se esconde de un abusador. Es un punto intermedio donde todo lo ve y escucha sin juzgar a nadie. 

Irónicamente, se diría que tiene mucho material para juzgar. Los temas que abarcan este año de su vida son los de una y varias generaciones, concernientes a todos e ignorados casi siempre. El suicidio, la homosexualidad, el acoso, las drogas… pero también la amistad, el compromiso, la música, la risa, los intercambios de Navidad y saber decir perdón y saber retirarte cuando se necesita soledad. Lo desesperante del asunto es que, al no juzgar, muchas veces Charlie se mantiene al margen de todo. Las grandes experiencias parecen minimizadas por su afán de dañar a nadie. Entonces se mantiene a raya, construye los hechos y las situaciones en sus cartas, pero pareciera que nunca está ahí. Vivir una vida sin él. Y entré más se afana, más lastima y más se lastima. Queremos ser buenas personas, queremos ayudar y sentirnos útiles. Pero muchas veces nos olvidamos de la ayuda que nosotros mismos necesitamos. Algo sale mal, porque para una trama se necesita un declive. Puede haber burbujas en Navidad y drogas en Año Nuevo, pero el problema es otro, uno que se ha vuelto olvido. Charlie le teme mucho a ese problema, Charlie teme aquello que paso con la tía Helen, porque no cree poder seguir haciéndolo. 

La traducción de este libro fue publicada hace poco debido al estreno de la película; pero no es muy probable que la vieran, ya que sólo duro un par de semanas en algunos cines. Pero como sincero consejo: busquen el libro. No es un asunto de si la adaptación es buena o no, porque lo es. Una buena parte del libro se compone de música, la película y las canciones se adaptan perfectamente; pero el acompañar la lectura con la música es una magia aparte. Además, la forma epistolar se pierde de alguna manera, y con ella una parte muy importante de la historia. Charlie envía cartas, nos envía cartas o al menos le envía cartas a alguien. Alguien que sabe escuchar y comprender y no se acuesta con aquellas personas en aquellas fiestas. Charlie se compone de palabras: palabras amigas, asustadas, felices y desconsoladas, palabras. Nosotros también somos palabras y también nos asusta lo que sea que pueda estar mal con nosotros. Y nos asusta la soledad o los inicios de la misma, y todo aquello que amenace en no ser por siempre. A veces no estamos aquí, en el momento, sólo por ese miedo. Somos palabras, palabras efímeras. Pero también somos infinitos.
Quizá estos son mis días de gloria, y yo ni siquiera me doy cuenta porque no implican una pelota.

Editorial  Alfaguara: $199
(temo decir que lleva por portada a los actores de la película.
Por favor, no imaginen a Emma Watson como Sam)
Disponible en:
-Gandhi
-El Sótano
-Porrúa
-El Péndulo

 Por cierto, Feliz catorce ♥ 

 

2 comentarios:

  1. ¿Hay mucha diferencia entre leerlo en español o en ingles? Digo esto porque encontré ambas versiones y no se cuál leer, aunque supongo que en inglés sería mejor.

    Ustedes siempre pintan los libros de un modo muy hogareño (no sabría si esa es una expresión propia), suelo encontrar luego en las librerías los libros de los que hablan aquí y de cierto modo los miro con mas cariño que los demás que no he leído.

    Siempre los leo, no comento casi nunca pero siempre los leo.

    Gracias por escribir (aunque suene extraño).



    Y una última duda ¿Hace un tiempo alguno de ustedes escribió sobre el libro "El cuento número trece"? creí haberlo visto aquí pero ahora que busqué la entrada no la hallé.

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  2. Nosotros lo leímos en inglés y a ambos nos encanta así, aunque a mí (en calidad de no-autor de esta reseña) no me parece un libro tan difícil de traducir. Con fortuna estará lindo en español también. Asi que como gustes, pero nosotros recomendamos inglés por experiencia.

    No sé por qué no hayas encontrado la reseña del Cuento número trece, se supone que sí está en el índice, pero quizá hubo algún error o algo. Te dejo el link: http://llavesinpuerta.blogspot.com/2012/12/el-cuento-numero-trece.html :)

    Gracias por el comentario; esa es precisamente la idea --queremos que haya un mayor acercamiento al libro, cosa que no va a pasar si se les ve comoobjetos ajenos a uno. Un libro es capaz de acompañar, y esa es gran parte del mensaje del blog.

    Muchos saludos y gracias por leer.

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