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The poets in owlish old
rooms
who write bent over words
know that words were invented
Because nothing was nothing
who write bent over words
know that words were invented
Because nothing was nothing
No sé qué hacer con Kerouac. No me
decido a alabarlo ni podría lanzarme a condenarlo, y creo que de ese modo se
van a quedar las cosas. Cada que me encuentro con él, su estilo me desfasa,
ataca lo que yo concibo como buena escritura y lo rechaza, riéndose todo el
camino. Dicho eso, siempre había imaginado que me agradaría más
consistentemente como poeta que como narrador, puesto que su libre asociación
de ideas e imágenes le va mejor al poema que a la novela, en teoría. Al poema
se le permite revolotear con libertad siguiendo un curso espontaneo. De la
novela esperamos un plan y una resolución, incluso si esa resolución nos
regresa al principio. Esperamos solidez de un narrador, cosa que Kerouac no
tiene: sus narraciones no parecen transitar en ninguna dirección, sino que
yuxtaponen los fragmentos inconexos a partir de los cuales se forma la vida con
una libertad que sólo se puede llamar poética.
Otra de las cosas que me inquietan
sobre Kerouac es que no era un creador. Podía alterar la realidad del modo que
uno añade color o sombra a una fotografía, pero no podía inventarse un paisaje
inexistente. Alguna vez me quejaba, mientras leía un cuento suyo, de que
hubiera pasado casi toda su vida escribiendo sobre sí mismo y sobre ninguna
otra cosa. Esto no deja de irritarme un poco, pero, considerándolo más a fondo,
es posible que en ello recaiga precisamente el mayor valor de su escritura.
Como ningún otro autor de su corriente, fue un extenso documentalista de lo que
era ser Beat. Claro que embellecía
las cosas o las exageraba a veces, pero esa exageración era parte del significado
de su generación —¿o qué otra cosa cabe esperar de una bandada de chicos
abandonados que creen ser ángeles y diablos al mismo tiempo? Aun así, si leo su
narrativa me es inevitable no pensar que la historia no es una historia, que el
movimiento no me lleva a algún lado, que estoy leyendo algo que sería mejor
puesto en versos. Bueno, ahora leí algunos de sus versos, ¿y qué ha pasado? De
nuevo no estoy seguro.
Verán, Orizaba 210 Blues es un pequeño poemario publicado como parte de su
Book of Blues, y escrito en los 50’s
en un departamento en la calle de Orizaba, en la Ciudad de México. Eso suena
casi a profesionalismo, pero no lo es. Es como leer el cuaderno de poemas de un
compañero de clase. No sé qué pensar sobre estos poemas porque una parte de mí
siente que no fueron creados para que yo opinara algo. Son increíblemente
personales, hasta crípticos para todo aquél que no sea Jack Kerouac. Por
ejemplo, tenemos cosas inexplicables como esta:
Dom dum dom domry
Dom—dom—hahem—
Sum—(creeeeee!)—Hnf—
Shh—Hnf—Shh—Haf
Shhh—Shhh—Hiffff—
—Ma—
Snffff—(bing bring, se ting)
Dom—dom—hahem—
Sum—(creeeeee!)—Hnf—
Shh—Hnf—Shh—Haf
Shhh—Shhh—Hiffff—
—Ma—
Snffff—(bing bring, se ting)
—"Yo conee na nache"—
D ding—d ding—d-ding—
D ding—d ding—d-ding—
Personalmente me cuesta creer que
eso sea un poema hecho con la intención de que las grandes audiencias mundiales
lo leyeran. Apenas puedo creer que sea un poema. Y sin embargo este pequeño
libro también contiene pequeñas joyas, como atañe a cualquier pieza de
escritura firmada por un tipo con esta cantidad de talento —aunque sea privada
y falta de premeditación. Y es que aquí convive el total desparpajo con la
total brillantez, la completa confusión con la más aguda percepción. Aquí
podemos encontrar “poemas” como el que está arriba de estas líneas, y también
aplanadoras de genio como esta:
No,—what is God?
The impossible, the impeachable
Unimpeachable Prezi-dent
of the Pepsodent Universe
but with no body & no brain
no business and no tie
no candle and no high
no wise and no smart guy
no nothing, no no nothing,
no anything, no-word, yes-word,
everything, anything, God,
the guy that aint a guy,
the thing that cant be
and can
and is
and isnt
The impossible, the impeachable
Unimpeachable Prezi-dent
of the Pepsodent Universe
but with no body & no brain
no business and no tie
no candle and no high
no wise and no smart guy
no nothing, no no nothing,
no anything, no-word, yes-word,
everything, anything, God,
the guy that aint a guy,
the thing that cant be
and can
and is
and isnt
¿Qué se hace con un libro como
este? ¿Con un escritor como este? La ambivalencia es desconcertante.
Pensé que me sentiría más cómodo
acerca de Kerouac en un entorno poético, que no exigiera trama. Pero no me
encuentro más cómodo en realidad, porque incluso en forma de poemario el autor
es a menudo demasiado personal para ser enteramente comprendido. Admito que la
subjetividad Beat me rebasa muchas veces mientras lo leo. Pero reconozco que de
pronto logra llegar a un punto álgido e inesperado que me conmueve del modo que
sólo los grandes poetas pueden hacerlo. Supongo que lo más sabio es simplemente
aceptar que nunca voy a estar cómodo y en paz total con Jack. Aceptar que es un
autor incómodo, difícil, extraño, y tratar de tomar lo mejor que se pueda de
él. Y es que las gemas que produce entre el lodazal en verdad valen la pena.
Tienen humor, inventiva, pero sobre todo una inocencia cautivadora, un espíritu
capaz de embelesarse con la belleza de una palabra (balloons) a tal punto de
hacerla resonar hasta que se descompone y parece volar libre tal como la cosa
que describe (B A L
L O O N S).
Ahora, hay algo de lo que debemos
hablar. El libro vale la pena, pero la única traducción disponible es espantosa
a niveles épicos. En el canto 20 Kerouac dice “a horse/fork a horse/and head
for old Mexico”, lo que Jaime García-Robles traduce como “un caballoooo monta
un caballooo/y se exhibe por todo México”. Cambia dos verbos, alarga caballo
sin razón alguna y quita una división de verso. Y es así de inepto la mayor
parte del tiempo. En un poema un personaje se quema encendiendo una colilla de
cigarro (cigarette butt), pero Kerouac omite el cigarette; en vez de asumir que
“lighting a butt” se trata de eso, como toda persona con conocimiento del
idioma y sentido común haría, Robles, espeluznantemente, dice “encendió su
trasero”. Esto muestra una falta de conocimiento sobre las minucias y frases
hechas del idioma inglés que no puedo siquiera comenzar a comprender, y vuelve
a mostrar la manera tan descarada que tiene este “traductor” de cambiar los
verbos y objetos, porque incluso si perdonáramos su error, “lighting a butt” en
ningún momento es reflexivo; incluso si el objeto fuera un trasero, nunca sería
el trasero del personaje. Así que tengan cuidado: si compran esta edición, vean
los poemas y familiarícense con ellos, pero no se queden con la interpretación de
Robles. Vayan al original. Quizá no comprendan todo, pero incluso con un inglés
perfecto nadie podría descifrar por entero a este enigma de escritor, así que
intenten. La belleza está ahí, aunque quizá deban trabajar más que con otros
autores para encontrarla. Pero qué se le hace. No todos los genios pueden estar
cuerdos.
Someday they'll have monuments
set up to reverend the mad
people of today in madhouses
As early pioneers in the knowing
that when you lose your reason
you attain highest perfect knowing
set up to reverend the mad
people of today in madhouses
As early pioneers in the knowing
that when you lose your reason
you attain highest perfect knowing
Laberinto (SI LA COMPRAN, YA SABEN A QUÉ ATENERSE): $90
Disponible en:
-Gandhi
-El Sótano
-Porrúa
-FCE
-El Péndulo
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